Con el título de ‘Retrato de Hans Burgkmair y su esposa Anna’ (hacia 1529-1531), la pintura en cuestión es una obra del artista alemán Lukas Furtenagel,
y en el lienzo aparece representada la citada pareja, cuyos rostros
destacan como focos de luz sobre un fondo negro y unas ropas oscuras.
A
simple vista, resulta evidente que la pintura transmite una sensación
inquietante: la opresiva presencia del color negro, la mirada fija de
los retratados al espectador y su semblante serio y melancólico… Todo
nos transmite la idea de que algo no “marcha” bien. Una intuición que se
confirma cuando, al fijarnos con detalle en el espejo convexo que
sujeta la mujer de Burgkmair, descubrimos que en lugar de sus rostros, son dos pequeñas calaveras lo que aparecen reflejadas en su superficie.
Lukas
Furtenagel es un pintor prácticamente desconocido. De hecho, en la
actualidad tan sólo se conservan dos de sus obras: la pintura que se
conserva en el Kunsthistorisches de Viena, y un retrato póstumo que
realizó a Lutero el mismo día de su muerte, y que le representa en su
lecho, con los ojos cerrados.
Lukas Furtenagel y el espejo de la muerte
El
pintor alemán Lukas Furtenagel es prácticamente un desconocido y, sin
embargo, una de sus pinturas se expone junto a grandes obras de la
Historia del Arte en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Méritos no le
faltan, pues además de una enorme maestría técnica, la pintura esconde
un fascinante significado